Por: Mtro. Juan Ignacio Temoltzin Carreto.

El Juez décimo segundo de Distrito en Materia Administrativa de la Ciudad de México, hace poco dicto una resolución que sin duda dejo un buen sabor de boca en muchos, sino es que en todos, pues resulta que ordena que se le suministren medicamentos a niños con cáncer del Hospital Infantil “Federico Gómez”, ya que 65 familias que solicitaron el Amparo y Protección de la justicia federal, cabe mencionar que se otorgó la resolución mediante el incidente de suspensión dentro del Amparo Indirecto, aunque no se ha determinado el fondo del asunto, la noticia me puso de muy buen humor, ya será la abogada Andrea Rocha la encargada de que en definitiva se haga valer el derecho humano a la salud, el cual por fundamento constitucional, se nos debe garantizar a todos los mexicanos.

La relación que existe entre las vulneraciones a los derechos humanos y la necesidad de abatir la pobreza en México es tan estrecha, que decir que van de la mano es poco, sí se pretende como estado garantizar el absoluto respeto a los mismos y la posibilidad de que cualquier persona pueda ejercer libremente sus derechos humanos básicos, ya no hablemos de los derechos humanos llamados de última generación.

En México tal parece que se están normalizando las violaciones a los derechos humanos, en especial porque en nuestro país existe aún la pobreza extrema, la cual se traduce en una violación que es real, sistemática y latente a derechos humanos básicos como la vida, la salud, la alimentación, la vivienda, por mencionar algunos de manera simple, los cuales llevan implícita la responsabilidad del estado a una erradicación de la pobreza, ya sea para generar las condiciones económicas para garantizar un empleo digno o las libertades económicas a todos y cada uno de los ciudadanos, para que así cada persona pueda contar con las condiciones de acceso a alimentación, salud, vivienda y educación para sí mismo y para los suyos. El estado está obligado a generar las condiciones para que su población pueda acceder y procurarse dichos derechos humanos de manera permanente, de lo contrario tiene la obligación de crear tantos y cuantos programas de asistencia social que incidan en la población para garantizar el acceso a dichos derechos humanos.

Estos derechos humanos se encuentran fundamentados de manera constitucional, por tanto es actividad primordial del estado mexicano la observancia y garantía de estos, a través de acciones de política pública que incidan de manera directa y contundente en el beneficio de la población.

Últimamente hemos visto en diversos medios de comunicación que se esta poniendo en la mesa eliminar la figura delictiva del feminicidio, y sin duda van a existir múltiples argumentos legales, tanto de estricto derecho, como de doctrina pura, los cuales establecerán de manera tajante el porque el feminicidio debe desaparecer para sancionarse como homicidio, en cualquiera de sus agravantes y atenuantes, lo cual no es que este mal, sino que socialmente seria incorrecto.

El feminicidio surge como una acción afirmativa, siendo esta una acción que pudiese parecer discriminatoria, sin embargo se realiza para resarcir o restituir, ya que existe una desventaja para un sector vulnerable, en consecuencia esa acción está buscando generar condiciones de equidad, y es que históricamente, socialmente, económicamente, culturalmente, etcétera, se ha puesto a la mujer en esa desventaja, y esto comenzó también a verse reflejado en ciertos homicidios que se daban por el solo hecho de ser mujeres, y tratando de eliminar esos delitos de odio por ser mujeres, es que se da como una política pública en respuesta a ese problema social,  la creación del tipo penal de feminicidio.

Seguimos aun teniendo esa deuda histórica con las mujeres, recientemente vimos lo que paso en la Delegación Gustavo A. Madero de la Ciudad de México, la saña con la que Erick Francisco “N” mato a su pareja sentimental Ingrid Escamilla, lo cual nos debe recordar porque se implemento el delito de feminicidio, no porque fuera doctrinariamente correcto, sino porque era y sigue siendo socialmente necesario.