Escrito por: Pedro Morales

En estos días de semáforo rojo y de la noticia que dio este domingo la vuelta al mundo con por el contagio de Covid-19 del presidente López Obrador, debe de hacer reaccionar a la clase política de Tlaxcala, para reponer tiempo y asumir su rol en tiempos políticos de pandemia.

Y nada será como antes, la realidad virtual ya implacablemente nos alcanzó y va a suplir y relevar a esos viejos líderes que ponían votos al mejor postor, ya no hay manera de engatusar a la gente.

La pandemia llegó a alterar la normalidad de las vidas de las personas y sociedades alrededor del mundo. Las disrupciones generadas por el SARS-COV-2 abarcan todos los aspectos de nuestra cotidianeidad.

Desde las relaciones familiares, sociales y laborales, por los procesos educativos o de atención a la salud y de manera notoria el funcionamiento de los gobiernos e instituciones políticas.

Las elecciones no van a ser ajenas a las consecuencias de la pandemia, alrededor del mundo, dicen analistas internacionales que   por lo menos 72 procesos electorales fueron suspendidos o pospuestos por esta causa.

Los procesos que sí se llevaron a cabo fueron diferentes en muchos aspectos que van desde la organización electoral y recepción de la votación, por la observación electoral y, por supuesto, las campañas electorales.

Pero hasta ahora nada cambia en el calendario electoral, de tal forma que el 6 de junio de 2021, con la renovación de la Cámara de Diputados y, los procesos locales concurrentes, 15 gubernaturas, 30 legislaturas y autoridades municipales en 30 entidades federativas.

Entre unos y otros, se elegirán más de 21 mil cargos. Tomando en cuenta que las personas expertas en salud prevén que la crisis sanitaria originada por el brote pandémico del SARS-COV-2 durará aproximadamente dos años.

Es necesario asumir que este proceso será diferente no solo por la inédita cantidad de elecciones que se celebrarán al mismo tiempo, sino también por la coyuntura de la pandemia que exigirá a las autoridades electorales, a la ciudadanía y a todos los actores políticos que modifiquen sus estrategias de campaña habituales.

Ante la necesidad de distanciamiento social, una gran parte de las actividades educativas y laborales han transitado al ámbito virtual, las campañas electorales también tendrán que afrontar nuevos retos hacia una acelerada transformación hacia la virtualidad.

Un claro ejemplo de ello es el desarrollo de la campaña de la  reciente elección presidencial estadounidense donde por primera vez en la historia se pudo observar cómo prácticamente todos los actos de campaña pasaron al ámbito virtual.

A partir de la crisis sanitaria, las redes dejaron de ser una herramienta más en el repertorio de las estrategias de marketing político y se han convertido en un espacio fundamental para la difusión de los mensajes de campaña.

En este nuevo contexto se abre la oportunidad de que la ciudadanía adquiera un mayor protagonismo en las campañas, creando contenidos y tomando un papel más activo en los debates públicos, en claro beneficio para la vida democrática.

Las campañas para las elecciones de 2021 se van a centrar en la utilización de tres mecanismos digitales: redes sociales, aplicaciones específicas para las campañas y publicidad pagada en las redes sociales.

No hay que perder de vista que con la utilización de las redes sociales, también se abre una caja de pandora que puede salir del control o que más bien ya ni tiempo va a dar para legislar e impedir que este medio sirva para difundir guerra negra.

Ni se diga sobre las notas falsas que es la otra cara de la moneda de las redes y que sin duda habrán de sembrar duda ante un elector que ni se imagina que una publicación puede ser una mentira,

En Tlaxcala es largo el camino a recorrer en solo cuatro meses, las campañas virtuales serán, sin duda, uno de los espacios de mayor innovación y más grandes desafíos en las elecciones de este  2021.

Esto apenas es el comienzo y de inmediato el reto es para candidatos y candidatas, pero muy en particular para los árbitros electorales que sin duda se van a enfrentar al demonio cibernético del… ANONIMATO.