Al encabezar la 29ª Reunión de Embajadores y Cónsules de México, en el Palacio Nacional, el Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, afirmó que “la grandeza de un país se mide por el bienestar de su pueblo y el valor de sus aportaciones al mundo”.

“Así lo he constatado a lo largo de estos años. Esas aportaciones exigen involucramiento, no asilamiento; apego a principios, pero también capacidad para aplicarlos con lucidez; promoción del interés propio, junto con empatía para comprender las circunstancias del otro”, añadió.

Subrayó que “esas han sido parte de las directrices de nuestra actuación internacional, y han sido puestas en práctica con profesionalismo por los miembros del Servicio Exterior Mexicano”.

Recordó que a principios de 2017 dio a conocer “un conjunto de prioridades de política exterior que habrían de guiar la labor diplomática de la Cancillería”.

“En nuestras relaciones bilaterales y multilaterales, he podido constatar que el Servicio Exterior Mexicano, y todo el personal de la Cancillería, han sabido cumplir esas indicaciones con dedicación, compromiso y creatividad”, aseguró.

El Primer Mandatario destacó que “por su dimensión territorial y su peso demográfico, por su importancia económica y sus fortalezas culturales, por el impacto potencial de sus acciones u omisiones en el mundo, México es visto como un prominente actor en el escenario internacional”.

“En mis diálogos con otros Jefes de Estado y de Gobierno, he podido constatar una y otra vez el reconocimiento que otras naciones hacen a México como un actor global responsable”, aseguró.

“Ser un actor global responsable es promover soluciones de beneficio mutuo y no asumir posiciones unilaterales o irreconciliables; es defender el interés nacional sin pretender perjudicar a otros países; es generar riqueza interna al mismo tiempo que se promueve la prosperidad regional y global”, agregó.

Resaltó que para ser reconocido como un actor global responsable “se necesita seriedad en el diálogo, consistencia en la actuación y capacidad para ejercer una influencia positiva en el desarrollo de las relaciones internacionales”.

El Titular del Ejecutivo Federal indicó que 2017 “fue un año de grandes retos, tanto internos como externos, que pusieron a prueba la capacidad diplomática de México. Por momentos, y desde diferentes rincones del mundo, se extendió una sombra de desconfianza a la globalización, de rechazo a la apertura comercial, y de escepticismo al multilateralismo”.

Puntualizó que “lejos de debilitar nuestras convicciones, estas amenazas reafirmaron los valores de México: integración, apertura y acción colectiva; así como su compromiso con la defensa de las mejores causas de la humanidad”.

Además, dijo, “en septiembre la naturaleza nos recordó la fragilidad de nuestro entorno con dos sismos que provocaron pérdidas humanas irreparables, y cuantiosos daños materiales. Conscientes de la magnitud del reto, aceptamos la ayuda del exterior. Las expresiones de solidaridad que recibimos son testimonio del valor de las relaciones de amistad y cooperación que hemos forjado a lo largo de décadas”.

“Aceptar la ayuda internacional fue, en el fondo, una muestra de la fortaleza de México y de sus vínculos con otros países. Esto no hubiera sido posible sin el apoyo de la AMEXCID (Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo) y de nuestros representantes en el exterior, quienes gestionaron la llegada de brigadistas y de ayuda humanitaria, incluyendo más de 670 toneladas de donativos en especie”, expresó.