Una vez más recibimos quejas sustentadas de personal docente, administrativo y de servicios generales de la Universidad Politécnica de Tlaxcala, y es que, a pesar de que Rosalía Nalleli Pérez Estrada se jacta de ser la primer Rectora mujer en la historia de la UPTx, su trabajo deja mucho que desear pues lejos de enfocarse en trabajar verdaderamente y en solucionar las problemáticas reales que existen en esa institución educativa, mismas que son constantemente denunciadas por padres de familia, alumnos y exalumnos de esa casa de estudios, en redes sociales, tales como corrupción e irregularidades y retraso en la entrega de títulos universitarios, mientras que el Subdirector de Servicios Escolares, Adrián Bello Ocampo, se la pasa hostigando sexualmente  a alumnas, pero las denuncias en su contra no han procedido porque, él es gente «cercana» a la Gobernadora y de la actual Rectora, quien últimamente se mantiene enfocada en armar estrategias para hostigar y reprimir a como dé lugar el movimiento sindical de personal adscrito a dicha Universidad. 

Es ella misma y mediante su séquito de Directores como Rodrigo Eduardo Jaramillo Corte mejor conocido por pedir “moches” a los docentes para poder asignarles más horas y Adolfo Conde conocido por corrupto en la venta de calificaciones, (casi todos sin perfil académico ni experiencia profesional, tal como en su momento lo observó la Coordinación General de Universidades Tecnológicas y Politécnicas, ente que solicitó que fueran sustituidos por personal con experiencia y perfil idóneo para los cargos que ostentan, haciendo la Rectora caso omiso a dicho documento que se encuentra en poder de éste medio, pero eso sí, ahora se dedica a despedir incluso haciendo uso injustificado de la fuerza pública, cometiendo el delito de abuso de autoridad de acuerdo al artículo 180 del código penal de Tlaxcala y una falta administrativa grave de abuso de funciones  conforme al artículo 57 de la Ley General de Responsabilidades Administrativas. 

Al mismo tiempo, amenaza, intimida, chantajea y difama, al personal que se encuentra en la lista de afiliados, llegando al grado de obligarlos a firmar que, no están a favor del sindicato, hecho que constituye una violación a los derechos humanos laborales que establecen los artículos  1°, 8, 9, 14, 16, 102 apartado B de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en relación con los artículos 8, 11, 13, 15 y 16 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y demás Tratados Internacionales, que ésta funcionaria parece desconocer, pues ordena realizar todo esto, solapando que su asistente personal Alfredo Melchor Ostos Sarrelangue, llegue a hacer comentarios como “luego porqué las encajuelan” según denuncia una de las sindicalizadas. 

Según la rectora dice que ella actúa de esta manera por indicaciones de la Gobernadora, ya que ella no quiere despedir a nadie, pero se lo ordenan de “arriba”, y es que como si fueran pocos los conflictos que Lorena Cuellar Cisneros tiene por resolver, todavía se da el tiempo para dar este tipo de indicaciones a la inexperta Rectora que lo único que hace es evidenciarla cada vez que dice que es por “indicaciones de la mandamás”  

Ahora se le ve a la oportunista Rectora en reuniones dentro y fuera de la Universidad planeando cómo continuar con actos violatorios de derechos humanos y laborales, indicándole a “su personal de confianza” que funjan como espías, tomando fotos a los sindicalizados, reportándole si están en sus lugares de trabajo, con quién hablan, monitoreándolos mediante las cámaras de vigilancia, cambiándolos constantemente de área de adscripción, hostigándolos con mensajes insidiosos, disminuyendo cargas horarias a los docentes, levantando actas administrativas sin justificar ni probar los motivos, todo esto pese a que existe el otorgamiento de una medida cautelar, instrumentada por la Comisión Estatal de Derechos Humanos mediante el oficio S.E/521/2024 para que se abstenga de realizar este tipo de actos que han sido y continúan siendo denunciados por el personal afectado, haciendo también caso omiso, valiéndose de su posición jerárquica y del personal directivo a su mando, incluso del Titular del Órgano Interno de Control Héctor Manuel Fernández Tapia, persona que dicho sea de paso, tampoco cuenta con el perfil ni la experiencia para el puesto que ostenta pero se la pasa expidiendo documentos ilegales en su calidad de autoridad administrativa sin ser abogado y mucho menos tener los conocimientos académicos necesarios, cabe precisar que esto también constituye el delito de ejercicio indebido de funciones previsto y sancionado por el Código Penal del Estado de Tlaxcala en sus artículos 177 y 179 además, ha sido señalado por dar seguimiento y atención a los asuntos en los que tiene un interés personal como «invitar» gente para que se movilice políticamente siendo ésta la única razón por la que obtuvo su puesto. 

Uno más que tiene a esa Institución de cabeza es el Subdirector de Recursos Humanos, Javier Cuatepotzo Mendoza, quien cuando no anda hostigando y amenazando al personal sindicalizado, se la pasa haciendo gala de sus dotes de conquistador sobre todo en servicio médico donde se le ve constantemente acosando a la doctora de la institución, en vez de ponerse a trabajar y no solo escudarse en que él solo cumple «indicaciones superiores», habría que preguntarle a Rosalía Nalleli porqué determina supuestos ascensos laborales en los que solo aumenta trabajo y responsabilidad pero no autoriza que se den los aumentos de sueldo que corresponden conforme al puesto, y entonces ¿Quién se encuentra cobrando lo correspondiente a dichos puestos?, ¿Por qué obliga a asistir al personal a capricho, en periodos vacacionales o fines de semana u horarios fuera de contrato y fuera de la jornada que se encuentra dada de alta ante el Instituto Mexicano del Seguro Social?, situaciones que han quedado al descubierto en diversos accidentes en el área de trabajo fuera de horarios, en los que no ha sido posible la atención ni tramitación de las incapacidades derivadas por estos motivos, y así podríamos seguir pues son muchas las irregularidades denunciadas y respaldadas por documentación y evidencias que me hacen llegar. 

Recordemos que el paso por la universidad de la ya evidenciada Rectora, fue de ser docente, después, encargada del inexistente Departamento de Idiomas, y con Enrique Padilla como Rector fungió como Directora de Posgrado, una vez que hizo algunos favores como otorgar títulos de licenciatura y maestría de la universidad Santander dónde fungía como Rectora también, al mismo tiempo que en la UPTx, siendo algunos beneficiados el actual Director de Vinculación y operador político morenista Yair Castillo Pérez quien obtuvo su Título de Licenciatura en Derecho, de la mano de la Rectora, y qué decir del ex trabajador Gerardo Meneses Carrizosa quien también recibió el título de Licenciatura en Educación por la Universidad Santander, para poder seguir en sus puestos y que a la fecha se rumora, que hoy se ostenta como vocero de la familia Sánchez García.

Lo que nos lleva a concluir, que es cierto que Rosalía Nalleli Pérez Estrada es la primer mujer Rectora en la historia de la UPTx (por dedazo) pero su Rectorado ha estado lleno de mentiras, corrupción, represión, violencia de género, autoritarismo y tiranía, ya que hay que recordar que fue una imposición por parte de Mónica Cuellar Cisneros, hermana de la gobernadora a quien también le regaló el título de doctorado, sin embargo se requiere más que eso, y es que hoy, no obstante que se la pasa diciendo que no hay dinero para cubrir las múltiples necesidades materiales y de capacitación en la universidad, ha sido vista despilfarrando el dinero en conocidas ópticas de un centro comercial ubicado en Ocotlán dónde nos informan que compró unos lentes muy costosos, además de que, aun con todas las problemáticas que debería enfrentar, éste fin de semana viajó por tres días al estado de Guerrero específicamente a Acapulco a un “Congreso” obviamente financiado con recurso público de la UPTx, ¿esa es la 4T? ¿esa es la austeridad?