Por: Ana María Montiel.

Ante la llegada del gobierno de Lorena Cuellar Cisneros, en todas las dependencias se dieron despidos masivos como era de esperarse, pero en la Universidad Politécnica de Tlaxcala, el rector Enrique Padilla Sánchez, hizo diversos manejos turbios para asegurar a su sequito de colaboradores y negociar con los despidos a través de una módica “comisión” para agilizar los trámites de los finiquitos que por ley les corresponden a los trabajadores sedados.

Esta reportera platicó con mujeres y hombres que fueron despedidos de la UPT, donde más de 120 personas dejaron de laborar sin ninguna justificación legal o laboral, con antigüedad de 5 hasta 12 años de servicio y a quienes sólo les ofertaron menos de 10 mil pesos de liquidación.

En algunos casos, les notificaron de sus despidos con fechas retroactivas, sin importar que tenían que realizar entrega recepción a través de plataforma, de acuerdo al reglamento interno de la Universidad Politécnica, lugares que, por cierto, fueron ocupados por amigos del Rector sin contar con el perfil adecuado.

“A la llegada de los recomendados de Lorena Cuellar, el entonces abogado, encargado del jurídico de la Universidad, Luis Aquiahuac Hernández, ex magistrado; nos vendió la idea de que gracias a él nos liquidarían, porque la indicación era no pagarnos nada, y fue como accedimos a firmar ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, pero previo a llegar él exigió el pago de 3,500 pesos a 7,000 mil pesos, dependiendo el monto que cobraríamos; esto porque afirmó que tenia de dar dinero a los de la Junta de Conciliación y Arbitraje, y al llegar allá presumía con ellos su capacidad de mediar con los trabajadores para no generar demandas al gobierno”, narró una de las afectadas.

Cabe señalar, que a la mayoría de los despedidos les ofertaron una determinada cantidad, pero a la hora de firmar y bajo el argumento de más “vale algo seguro, que juicio perdido”, la cantidad entregada fue mucho menor.

Los recortes de personal en la UPT, también alcanzaron al propio encargado del área jurídica, a quien liquidaron con más de un millón de pesos, y le dieron la oportunidad de dejar a sus dos recomendadas en la misma área, sus amigas de nombres Paloma N. y Sofía N.,  esto de acuerdo a la información de las fuentes al interior de la institución educativa.